Refrescar y profundizar nuestro conocimiento del Ngöndro, avanzar en las acumulaciones, reforzar nuestra conexión con el Dharma y con nuestros Maestros, este fue el principio de estos días de felicidad con Dungsey Lhungtrul Dechen Gyurmey Rinpoché y Lama Kunam.

¿Cuantos de nosotros nos hemos dicho: “Otra vea Ngöndros? Pero si ya he seguido una enseñanza y un retiro…ya he hecho el recorrido…y además ya voy a completar pronto las postraciones, que era lo más duro, ¿qué más puedo aprender?” Hasta el punto de que muchos han decidido no venir. ¡Lástima! Este retiro es una nueva puerta abierta hacia la profundidad del Ngóndro del Linaje Taksham, un bocado de esclarecimientos, acompañados de acumulaciones individuales y de prácticas…Una ocasión de trabajo verdaderamente intenso para los que lo desearan. Una ocasión, también, para Lhungtrul Rinpoché de recordarnos cada mañana la importancia de escuchar las enseñanzas con una buena motivación y el espíritu vuelto hacia los otros…y de no olvidar la fuerza de la devoción y la confianza en nuestros Maestros y el Dharma. Los que ya conocían a Lhungtrul Rinpoché se reencuentran con alegría con la fuerza de su presencia, su sencillez y su espontaneidad. Por las tardes, turno de preguntas y respuestas con Lama Kunam (Dorje Lopon Kungzam Namgyal) que nos deslumbra a todos, Marcus incluído. Sin Marcus, que nos traduce las enseñanza y las preguntas y repuestas del tibetano al inglés, no tendríamos acceso a las sutilezas del Ngöndro Taksham transmitido por Lhungtrul Rinpoché, ni a las respuestas brillantes y eruditas y sin embargo claras de Lama Kunam. El 31 de Diciembre finalizamos el año con una ofrenda de luz por la paz en el mundo. Lhungtrul Rinpoché en ciende la primera vela a partir de la que se encenderán todas las demás.

Caída en gran cantidad justo antes de nuestra llegada, la nieve lo transforma todo. Las banderas de oración se ven rígidas en posturas acrobáticas por la acumulación de copos de nieve y el frío, el grosos de nuestra hoja de Bhodi se multiplica por diez y nuestro pequeño Bhuda se ve transformado en zar con corona y un gran cuello de nieve. Las mesas y los bancos en los que almorzamos o tomamos café como lagartijas al sol también se ven transformados…Estos días nadie se acerca a ellos. Pero la belleza y la magia del entorno de nuestro retiro tiene su reverso: cada día hay que quitar la nieve para abrir camino donde poner nuestros pies. Los más animados se ponen una o dos veces al día con la capa blanca que se renueva una y otra vez y que enlentece nuestros movimientos. Y es un trabajo duro. Solo los caballos y los carneros siguen pasando sus días en el exterior, imperturbables. Los primeros apartan la nieve con un casco para encontrar la hierba y los segundos, con un super equipamiento natural contra el frío parecen ignorar por completo el cambio de temperatura.
Nuestro retiro se acaba en el recogimiento y con un Tsok a Guru Rinpoché. Luego llega la parte festiva. West Side Story, Michael Jackson, un Reggae versioneado, Bella Ciaò y Viva Liberta en italiano y luego un canto en tibetano…El espectáculo esta vez se centra en el canto y la corriente pasa de la asamblea a nuestros artistas belgas, luxemburgueses, alemanes, italianos y rusos. Con el ritmo la atmósfera se vuelve a calentar, los estudiantes empiezan a menearse sobre los almohadones, cantando y cogiéndose por los hombros. Lhungtrul rinpoché está encantado e incluso saca fotos de los cantantes. Todo finaliza y se dan las primeras partidas. Los nuevos que han venido y que participaban por primera vez están en shock. Uno de ellos repite con los ojos llenos de Lágrimas: “Soy feliz, soy felíz”

 

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